Buenos Aires es una ciudad vibrante, llena de vida y de rincones que cuentan historias fascinantes. Si estás planeando tu próximo viaje, te invitamos a sumergirte en una de las zonas más coloridas y emblemáticas de la ciudad: el barrio de La Boca. Para que tu experiencia sea completa, la mejor opción es moverte a tu propio ritmo, y con un vehículo, la libertad es total.
El corazón colorido de Buenos Aires
Al llegar a La Boca, la primera parada obligatoria es Caminito. Este pasaje-museo, declarado sitio histórico nacional, te deslumbra con sus casas de chapa pintadas de múltiples colores. Cada pared, cada balcón, y cada escultura cuenta una parte del pasado inmigrante del barrio, principalmente de genoveses que llegaron a Argentina a finales del siglo XIX.
Un viaje al pasado en cada rincón
Más allá de la superficie colorida, La Boca es un barrio con una rica historia. El arte en La Boca no solo se encuentra en las paredes. Es un lugar donde el tango resuena en las calles y los artistas exponen sus obras al aire libre. Pasear por sus calles te permite sentir la esencia porteña en su forma más pura.
El arte callejero, los murales y las esculturas dan testimonio del espíritu de su gente. Desde las obras de Benito Quinquela Martín, el famoso pintor boquense que plasmó la vida portuaria y obrera en sus lienzos, hasta las creaciones de artistas contemporáneos, cada rincón es una galería a cielo abierto.
Vive la experiencia completa
Para que no te pierdas nada de esta ruta cultural por Buenos Aires, te sugerimos organizar tu recorrido. Además de Caminito, puedes visitar el Museo de Bellas Artes Quinquela Martín, que alberga una importante colección de arte argentino, con obras del propio Quinquela.
Y si eres fan del fútbol, una visita al mítico estadio La Bombonera, del club Boca Juniors, es casi obligatoria. La energía de este lugar es palpable y es un pilar fundamental de la identidad del barrio.
Para aprovechar al máximo tu aventura, contar con un vehículo te da la libertad de ir de un punto a otro de la ciudad sin depender de horarios.

	

